Tengo que contar una cosa que me paso en uno de mis viajes hacia «La Citadel» en las montañas. Nunca me ha pasado algo así extraño y también revelador, intensa experiencia que no me lo puedo explicar.
Siempre he considerado las montañas como un grande amigo que me acoge en sus brazos y me protegen, siempre entrando en un bosque he sentido como si entrar en mi casa. Mucha gente tienen miedo de entrar en bosques, pero yo siempre me sentido atraído y mucho mas seguro que en una ciudad. Y no porque desde pequeño he estado varios temporadas paseando por bosques y acostumbrándome, pero que siento esta paz y seguridad en el silencio del bosque. Los sonidos de las hojas en el viento, los pájaros hablando entre ellos, el movimiento de los arboles, siempre me han transmitido esta paz y ademas indicaciones de posicionamiento. Dormir también en el bosque es una experiencia única, balanceando en una hamaca y mirando el cielo entre las ramas de los arboles, respirando el aire puro que el bosque lo emana, ademas en las primeras horas de la mañana, se ve claro como el oxigeno sale subiendo arriba, a veces te puedes marear.
Pues un dia, bajando la cuesta hacia «mi citadel», que esta situado entra dos barrancos con riachuelos, y es el principio de una valle muy bonita, llena de bosques de pinos y robles, con varios caminos silenciosos por debajo de los arboles, con alfombras densas de hojas que amortigua tus pasos ya mantienen el frescor; acercándome al lugar, he empezado a sentir algo extraño.
Hasta entonces, el camino fue normalito, un dia normal, un poco calurosa pero aguantando bien. De repente a unos 100m antes de llegar al destino, un viento raro empezó a mover todos los arboles alrededor, como si fuera que se inclinaran hacia mi. Pensó que estoy alucinando por sed y me senté en una piedra a beber agua y respirar un poco. Aun continuaban los aires y esta vez con las hojas en el suelo, creando casi un circulo a mi alrededor. No me lo podría creer, me quede un poco mas a la sombra pensando que es solo un mareo, pero no era esto. Conozco muy bien mi cuerpo y se cuando esta cansado, pero esta vez no era cansancio ni sed, ni el calor que me jugaba.
Empezó a sentir como una energía me acoge mi cuerpo dándome «piel de gallina» y me empujaba a ir adelante al destino. Me levante y termine los últimos 100m y entre en «La Citadel». Todos estos últimos 100m estaba llorando y no sabia porque! Las lagrimas me salían como chorros sin darme cuenta, ve salían como si venia algo de dentro de mi, no se si era felicidad, cansancio, tristeza o dolor o todas a la vez. Algo muy raro y en el mismo momento sentía como algo como un Dios me miraba y me sonreía. Le juro que nunca en mi vida he sentido algo así, aquella presencia tan acogedora pero en el mismo tiempo muy poderosa, me temblaba las piernas de emoción. No era como aquel Dios de la Biblia, el cuento, era algo mucho mas, como una energía enorme, del todo Universo, no se como describirlo.
Todo se volvió una locura de sonidos: pájaros y animales pequeños empezaron a darme la «bienvenida» con un chirrido de sonidos, como si fuera que me esperaban desde hace mucho tiempo, todos los arboles empezaron a moverse en una danza elegante delante de mi pero eran solo los arboles de dentro del recinto, no si los de fuera. Increíble bienvenida me han dado! Me sentía tan pequeño en comparación con tanto poder de las montañas y la naturaleza. O a lo mejor he encontrado la manera de ver y comunicar con el Universo, o he encontrado una puerta a otra dimensión, a otro mundo invisible para los moribundos, no lo se pero algo paso. Estaba tirado en el suelo llorando como un tonto y escuchando el «concierto» del alrededor, hasta el rio de al lado tenia como una melodía.
Había un intenso sentido de que estaba en lugar perfecto para mi, en armonía con las energías y frecuencias del Universo. He estado casi 1 hora tirado en el suelo y acumular aquella energía, y mirando el cielo perfecto azul.
Antes de levantarme del suelo, he sentido que alguien me miraba. He dado vuelta la cabeza y detrás de mi había un jabalí joven, sentado a unos 10m de mi, mirándome, no hacia ningún sonido, solo me miraba con unos ojos como si fuera de niño, feliz a verme. Nunca he tenido miedo de animales salvajes y he tratado de entrar en contacto con ellos. Lo he saludado con voz tranquila y me ha respondido con un corto «groh-groh» levantándose y irse a su camino. Menudo encuentro.
La noche fue un otro espectáculo de maravilla…
Sentado en la hamaca, con una temperatura muy buena, ni fría ni cálida para taparme con el toldo, estaba mirando las estrellas, en un total silencio, ni viento, ni pájaros, ni hojas, nada de nada, hasta el rio parecía que esta parado. Cada vez acercando la mirada en las estrellas, se hacia como si fuera mas y mas y la Via Lacteea se formaba en la vista y daba una impresionante vista. Había unos meteoritos pequeños cayendo como estrellas fugaz, pero no tantos como en la temporada de Las Perseides. Simplemente me sentía viajar por las estrellas, mi cuerpo era como si fuera que volaba, no pesaba nada. en un momento dado, he mirado hacia «abajo» y veía mi cuerpo en la hamaca durmiendo tranquilo, no veía las montañas, solo estrellas alrededor y una inmensa paz. Sabia que no estoy soñando, sentía claramente el vuelo con máxima velocidad por las estrellas, incluso podría ver otras constelaciones que hasta ahora nunca lo he visto (a lo mejor estaba al otro lado de la Via Lacteea).
He «estado» volando asi hasta al amanecer, sobre las 5-6 de la mañana. No se como he vuelto dentro de mi cuerpo de hombre mortal, pero veia claramente el viaje de vuelta, mirando como me acerco de la hamaca donde estaba el cuerpo. Por supuesto me sentía como un starseed viajando. Puede ser que que los Masters del Universo me han dado solo un test, un spoiler de como podría ser la vida de un starseed.
Menuda experiencia, que no me lo puedo explicar y puede ser que mucha gente me considera loco, me da igual, pero es mi experiencia propria, única y se que he visto y sentido, nadie me puede quitar estos hechos. Lo crees o no, da igual, pero yo ahora se lo que es…