En 2013, encontré este pueblo abandonado, haciendo senderismo en el área de Broto (Aragón), particularmente el pico Pelopin (2007m). Es una zona preciosa junto al Parque Nacional de Ordesa, en medio de los Pirineos.
La primera vez que vi este pueblo, sentí algo extraño: mi corazón comenzó a bombear sangre a gran velocidad y algo en mi cabeza me decía que tengo que ir allí. Decidí echar un vistazo, desde la distancia parece ser solo otro pueblo abandonado como muchos otros en la región. Casas en ruinas, vegetación, reino de las vacas, por lo que nada es realmente interesante.
Pero luego decidí quedarme un poco más en un pequeño claro pastoreo de ganado, cerca de la entrada del pueblo. Después de unos momentos sentí una fuerte energía a mi alrededor, como un escudo, protegiéndome. Y algo que me dice que necesito saber más sobre el lugar.
Nunca en mi vida sentí algo así.
Entonces lo consideré como un pensamiento en mi mente y no presté demasiada atención. Tenía que volver a casa, no estaba preparado para quedarme allí durante la noche.
Cada vez que volvía a este pueblo, sentía lo mismo y cada vez me sentía más atraído por la energía del pueblo.
Entonces, después de pasar algunas noches bajo las estrellas en ese pueblo, al final se me ocurrió la idea: este pueblo será mi retiro, mi sueño, mis últimos años viviendo en este planeta. Y hará todo lo posible para convertir, renovar, construir algo allí que pueda ser una forma de vivir en paz, lejos de la loca «sociedad civilizada».
Pero, en la crisis del 2020, me paso algo aun mas extraño, que me ha hecho pensar y meditar aun mas sobre este «proyecto».
Continuará…
Vin si eu!🤗😘
Sería interesante colaborar en la repoblación, comunique en el correo electrónico, gracias.